¿Podrían decir qué marca de aceite les sugiere la imagen de una mujer de pelo negro con una flor en el pelo y rodeada de olivos? Es posible que duden entre dos marcas bien conocidas en España: Carbonell y La Española.
Este caso demuestra que, más allá del propio nombre de la marca, los elementos gráficos de una simple etiqueta pueden suponer un gran valor para una compañía cuando se han convertido en su seña de identidad. La comparativa de las dos imágenes de mujeres andaluzas en las botellas de aceite de estas dos marcas fueron el gancho perfecto para los medios de comunicación, que dieron amplia cancha a este litigio. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) avaló los argumentos de Carbonell, del grupo SOS, y rechazó registrar la marca La Española al considerar que su etiqueta era muy similar y suponía un riesgo de confusión para el consumidor.
En este litigio, el grupo SOS llevó a cabo una defensa muy proactiva de sus intereses a nivel de comunicación en la prensa: “no vamos a consentir es que nadie cometa actos de piratería con algo que es parte de nuestro patrimonio y uno de nuestros principales activos», declaró el presidente de la compañía en uno de los principales periódicos nacionales.