Budweiser es el gentilicio alemán de una ciudad checa con tradición cervecera. Un siglo de disputas ha enfrentado a la estadounidense Anheuser-Busch con una cervecera checa por la propiedad de la marca. Las dos guerras mundiales, con sus efectos políticos sobre Checoslovaquia, hicieron que la marca checa sufriera cambios, como cuando al estar bajo dominio soviético fue nacionalizada y el Gobierno comunista no quiso mantener la palabra alemana Budweiser. Tras la caída del Muro, volvió a ser privada y luchó por su nombre. El Tribunal de la UE dio la razón a la compañía checa en 2010 para que en Europa tenga el control sobre la marca.